La primera forma de comunidad creada dentro del Movimiento de Schoenstatt fue la Federación Apostólica. Esta se fundó el 20 de agosto 1919 en Hoerde (Alemania).
La “Federación” se convierte en una forma de comunidad original, posible de aplicar a la organización de personas de diferentes estados de vida y sexo, asociados para recorrer juntos un camino de santidad y entregar sus mejores fuerzas al apostolado.
Así, existen Federaciones de sacerdotes, de madres, de hombres, etc.
La Federación de Familias se funda en Alemania el 4 de junio de 1950. A partir de ese momento, se extiende por distintos países: más de 1800 familias en todo el mundo pertenecen a nuestra comunidad, pertenecientes a 19 países: Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay, Ecuador, México, Costa Rica, Puerto Rica, Estados Unidos, Sudáfrica, España, Portugal, Polonia, República Checa, Hungría, Austria, Suiza y Alemania.
La creciente expansión y el rápido crecimiento en distintos territorios, motivó a algunas familias dirigentes, a fijar su atención en la internacionalidad de la Comunidad. A partir de ese momento, se inicia un proceso que culmina en el primer Capítulo General Internacional y constitutivo en enero del 2005 en Hillscheid (Alemania).
Vocación al matrimonio y a la familia
Tenemos una clara vocación por el matrimonio y la familia. De esta forma, santificamos nuestra vida diaria desde el sacramento del matrimonio para seguir a Cristo, y transmitimos la fe a nuestros hijos que, de manera natural, la experimentan y viven en comunidad.
La Federación de Familias se fundamenta en la espiritualidad del Movimiento de Schoenstatt para profundizar en la relación con Dios Padre, en la que la vinculación con la Virgen María cobra una especial importancia como educadora para llegar a Él.
Comunidad
Somos una comunidad católica de matrimonios que se apoyan en el crecimiento personal y espiritual. La Federación se estructura en cursos de vida, que llegan a ser auténticas comunidades de corazones, ideales y tareas.
Con un marcado espíritu de vida religiosa
Nos guía el anhelo por la santidad, entendida como una intensa vida de oración y autoeducación, en el espíritu de los consejos evangélicos. Y todo ello con el fin de estar dispuestos en todo momento a cumplir los más mínimos deseos de Dios, deseos que quieren determinar nuestras decisiones y nuestro actuar diario.
Con un fuerte espíritu apostólico permanente y universal
Universal significa en todos los ámbitos de la vida social y eclesial. Nuestro anhelo es conquistar el mundo para Cristo, de la mano de la Virgen María, y bajo el carisma de Schoenstatt. El P. Kentenich nos concibió como “un marcado y moderno estrato de dirigentes en medio del mundo y con espíritu de vida religiosa” (3ª Plática, Jornada de la Unión 1950).