Schoenstatt se inició en el año 1914 en una población de Alemania situada al sur de Colonia. Se puede traducir como «Lugar Hermoso». Allí se encuentra el Santuario Original, centro espiritual del movimiento.
Schoenstatt pertenece a la Iglesia Católica, y sus diferentes vertientes dan respuesta a las distintas realidades del hombre: hay ramas de hombres solteros, de mujeres solteras, de madres, de familias, de universitarios, de jóvenes adolescentes…, según su edad y también según los grados de compromiso, con un marcado carácter apostólico y laical.
En definitivas cuentas, la diversidad dentro de las distintas comunidades de Schoenstatt se genera en función de la pertenencia comunitaria, los medios ascéticos y al compromiso apostólico.
Schoenstatt tiene un punto central en el Santuario desde el que la Virgen María acoge, transforma y regala las gracias para que cada uno pueda ser testimonio del amor de Cristo. El Santuario es un lugar de encuentro con Ella y con su Hijo.
El Santuario Original se encuentra en Schoenstatt (Alemania). Hoy en día existen más de 200 repartidos por todo el mundo, construidos exactamente iguales y a la misma escala que el original.
En España hay tres Santuarios.
La misión de la Federación de Familias consiste en formar una comunidad moderna, apta y apostólica que vive en el mundo.
Gracias al profundo espíritu religioso y a una fuerte vinculación con la Virgen María, trabajamos para la renovación religiosa y moral del mundo en Cristo.
Cada integrante de la Federación de Familias pertenece a un curso o grupo de matrimonios que lo compromete de por vida.
Además, cada miembro pertenece a la comunidad oficial, formada por todos los matrimonios de los distintos cursos, lo que permite un contacto a nivel vertical.
A su vez, cada miembro participa en un grupo oficial según su vocación hacia el apostolado.
Cada integrante de la Federación trabaja con los medios ascéticos específicos del movimiento de Schoenstatt: el Ideal Personal, el Ideal Matrimonial, el horario espiritual y el propósito particular.
Además debe dar cuenta de manera mensual a un confesor espiritual. La Federación de Familias se propone vivir en el espíritu de los Consejos Evangélicos.